Pero cuidado: tampoco en Internet y en las redes sociales se puede discriminar. Un comentario con odio respecto a todo una población o sobre el origen, el color de la piel o la religión de una persona puede parecer perjudicial y discriminatorio o puede realmente serlo. Y todos, tú, yo, nosotros, también tenemos derecho a no ser discriminados.
Además, debe tener en cuenta que Facebook, Twitter o Instagram son como una lupa para la libertad de expresión. Todo lo que digas o muestres allí puede propagarse a la velocidad de la luz, a veces incluso globalmente, y puede ser ampliado desproporcionalmente.
La intimidación (acosar a alguien) y la discriminación (por ejemplo, lastimar o amenazar a grupos de personas) se presentan, lamentablemente, con demasiada frecuencia en Internet y en las redes sociales. Está prohibido y, a veces, incluso es delito, pero igualmente sucede.