La mañana
A las 6:45 h suena el despertador del matrimonio van Pels. Hermann van Pels pone el agua para preparar el té y va al baño. Después de quince minutos, el baño vuelve a estar libre y es el turno de Fritz Pfeffer. Ana se levanta y retira las pantallas que cubren las ventanas. Uno por uno, los escondidos utilizan el cuarto de baño.
A las 8:30 h comienza una media hora muy peligrosa. Los mozos del almacén comienzan su día de trabajo, mientras que los protectores aun no llegan a la oficina. Cualquier sonido de los escondidos es peligroso, porque el almacén queda justo bajo del escondite y el personal del almacén no tiene conocimiento de los escondidos.
A las 9 h, los protectores llegan a trabajar en la oficina, en la parte superior del almacén. Los escondidos caminan en calcetines y todavía deben hacerlo sigilosamente, pero un ruido desde arriba despierta menos sospechas en el almacén. El resto de la mañana se dedica a la lectura y aprendizaje y los preparativos para el almuerzo.