‘Los dos miramos el cielo azul, el castaño sin hojas con sus ramas llenas de gotitas resplandecientes, las gaviotas y demás pájaros que al volar por encima de nuestras cabezas parecían de plata, y todo esto nos conmovió y nos sobrecogió tanto que no podíamos hablar.’
Castaños
El castaño (un castaño de Indias de flores blancas), que tenía más de 170 años de edad, se encontraba en el jardín interior de la finca de Keizersgracht 188. Era uno de los árboles más antiguos de su especie en Ámsterdam. Cuando en 2005 se descubrió que estaba gravemente enfermo, la Casa de Ana Frank mandó recoger castañas del jardín ―previa autorización del propietario― y las hizo germinar para luego regalar los pequeños retoños a las Escuelas Ana Frank, entre otros destinatarios. Hoy por hoy, numerosas Escuelas Ana Frank poseen ya un arbolito, al igual que otras organizaciones alrededor del mundo. En 2009 se regalaron 150 retoños al llamado Bosque de Ámsterdam. Los últimos árboles del proyecto promovido por la Casa de Ana Frank se plantaron en los Estados Unidos en 2013, después de una cuarentena de tres años.
Árbol caído
El 23 de agosto, hacia las 13.30, el castaño al que Ana Frank se refirió en su diario se vino abajo junto con la estructura de acero en que se apoyaba. El árbol se partió en dos a un metro del suelo, aproximadamente. Por fortuna, no se ha producido ninguna víctima.